El término somnolencia postprandial se refiere al estado natural tras la ingesta de alimentos, que se caracteriza por la sensación de sueño después de comer. Este estado puede extenderse hasta 2 horas después de haber comido.
¿Qué es lo que ocurre?
La razón de este fenómeno se debe a que la mayor parte de la sangre circulante se dirige hacia los vasos sanguíneos que irrigan el estómago y aparato gastrointestinal, con la finalidad de ayudar en el proceso de la digestión y absorción. Más aún, la llegada de alimentos al estómago estimula nervios relacionados con el reposo (sistema parasimpático), opuestos a los nervios encargados del estado de alerta (sistema simpático). Otra causa es que se ingieren alimentos altos en azúcar que provocan un aumento del aminoácido triptófano en la sangre, el cual causa una disminución en el estado de alerta. Así mismo, los picos de azúcar en sangre provocan la disminución de orexinas, péptidos estimulantes producidos en el cerebro que participan en la regulación del sueño-vigilia.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas que se pueden presentar posterior a la comida son: sueño, cansancio, pesadez de cuerpo, poca concentración o hasta confusión.
Recomendaciones para no presentar somnolencia postprandial
- Disminuir la ingesta de alimentos ricos en azúcar.
- Evitar alimentos altos en grasas (los alimentos grasosos son digeridos con mayor lentitud, por lo que el estómago requiere de una irrigación sanguínea prolongada, lo que va a desencadenar sueño después de comer).
- Comer de forma balanceada y despacio. Incluir en la dieta: frutas, verduras, pescado y leguminosas.
- Mantenerse ocupado posterior a la comida: salir a caminar durante 10 minutos, continuar con algún proyecto pendiente, realizar llamadas de trabajo, entre otros.
- Ingerir un café chico y tomar mucha agua.
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