El
asma es una enfermedad crónica. Se caracteriza por la inflamación de los
bronquios que produce dificultad respiratoria, tos y sibilancias.
Esta
inflamación de los bronquios los hace más sensibles y reactivos a cualquier
estimulo y desencadenar con facilidad asma.
El
asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, afecta entre 10-12%
de niños. El asma tiene causas genéticas.
El
niño asmático está predispuesto a reaccionar de manera anormal ante estímulos,
tales como: esfuerzo (ejercicio, risa o estrés emocional), virus, irritantes
(humo del tabaco o perfumes) y alérgenos (ácaros, polvo, pelo y polen). La
respuesta a esta situación es inflamación y estrechamiento de bronquios,
evitando el paso del aire y desencadenando una crisis asmática.
Los
principales síntomas que se muestran ante una crisis asmática son: