El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una alteración de la conducta caracterizada por hiperactividad, falta de atención e impulsividad. Frecuentemente, comienza antes de los 5 años de edad y en la mitad de los casos persiste en la vida adulta. Los niños con este trastorno tienen una tendencia a cambiar de una actividad a otra sin terminar ninguna siendo mal reguladas, desorganizadas y excesivas.
Antecedentes
En México, el 5% de la población infantil padece TDAH y es más frecuente en niños que en niñas. Se ha registrado que 7 de cada 10 pacientes con déficit de atención tienen bajo rendimiento escolar.
La mayoría de los niños con TDAH cuenta con algún otro problema de salud mental o del desarrollo, éste puede ser un trastorno del estado de ánimo, de ansiedad o de uso de sustancias. Además, este grupo de pacientes es más vulnerable a sufrir aislamiento social, fracaso escolar y hasta maltrato infantil, por lo que es importante detectarlo a tiempo.
¿Cuáles son las causas?
Una combinación de factores genéticos (antecedentes familiares) y ambientales probablemente intervienen en el desarrollo del trastorno. También, se ha logrado establecer que las mujeres que durante su embarazo consumieron drogas, fumaron o ingirieron alcohol tienen una mayor probabilidad de tener un hijo o hija con TDAH.
¿Qué síntomas presenta un niño con TDAH?
A) Síntomas de falta de atención:
- Incapacidad para mantener atención en tareas y juegos.
- Presenta errores en labores escolares por descuido.
- Aparenta no escuchar.
- Imposibilidad para cumplir con las tareas asignadas.
- Evita tareas que requieren un esfuerzo mental.
- Pierde objetos necesarios para realizar las tareas.
- Se distrae fácilmente ante estímulos externos y es olvidadizo en las actividades diarias.
B) Síntomas de hiperactividad:
- Abandona su asiento en clase u otras ocasiones.
- Mueve en exceso manos y pies.
- Corre o salta en situaciones inapropiadas.
- Presenta dificultad para jugar o dedicarse a actividades de ocio.
C) Síntomas de impulsividad
- Incapacidad de guardar su turno en las filas.
- Interrumpe los asuntos de los demás.
- Habla en exceso.
- Hace exclamaciones o responde antes de terminar la pregunta.
Recomendaciones
- Dado que los síntomas suelen hacerse aparentes durante la escuela, es importante mantener una comunicación constante con el profesor del niño, buscando algún cambio en su conducta o en su rendimiento escolar.
- Ante la sospecha, consulte con su médico. Este trastorno requiere de tratamiento farmacológico y psicológico.
- Algunas sugerencias son: mantener un horario constante que incluya horas para comer y hacer tareas, limitar las distracciones ambientales, promover que el niño consuma una alimentación saludable que contenga frutas y verduras, procurar que el niño duerma lo suficiente, premiar el buen comportamiento y mantener las reglas claras para el niño.
- Es necesario que los padres o cuidadores participen en programas de educación y entrenamiento para favorecer un buen desarrollo en los niños con déficit de atención.
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